Los periodistas decimos ¡basta! De genocidio

por planificación de la desigualdad

¡BASTA YA!

LA IMPUNIDAD NO SERÁ ETERNA

Un grito a favor de la vida, en no pocos casos desesperados, recorre el planeta. Diferentes expresiones de lucha se oponen a las políticas económicas – sociales que generan millones de muertes diarias. Y miles de manifestaciones se alzan contra el terrorismo bélico y las constantes amenazas, de neto corte nazi, conque Estados Unidos pretende someternos a nuevas formas de esclavitud y colonialismo. El hombre está en peligro. Frente a sí tiene, insaciable, a los depredadores de la tierra y la especie humana.

¿O cómo debemos denominar a quienes en nombre de su propio dios occidental; en nombre del bien; en nombre de la democracia, la justicia y la libertad, masacran a pueblos enteros sumiéndolos en el hambre, la miseria, la desocupación, el caos social, el dolor y la muerte?

Por Juan Carlos Camaño(*)

Secretario General de la FELAP

 

 

 

¡BASTA YA!

No hay, en este presente histórico, ninguna razón que pueda explicar científicamente, ni ideología y políticamente, los supuestos beneficios para el conjunto de la sociedad mundial a partir de la llamada globalización neoliberal. Ningún argumento, ningún resultado –que no sea el crecimiento insultante de la taza de ganancia de un puñado de ricos–, resiste el menor análisis acerca de la mentirosa "teoría del derrame"; con la cual los Reagan y las Thatcher prometieron el mejor de los mundos. Era cuestión de esperar que el "mercado" hiciera la tarea. Pues bien, pasaron más de veinte años y cientos de millones de niños, ancianos, mujeres y hombres han muerto de hambre. Y otros cientos de millones están a un paso de la muerte por idéntico motivo.

Se han caído todas las máscaras. Y, en medio de tanto genocidio, ha crecido, también una escandalosa pauperización de masas, con desesperantes necesidades migratorias en procura de comida. Muerte y miseria, desintegración y caos. Al cabo, una colosal crisis de socialización capitalista.

Crisis en la que el imperialismo apelando a la concepción nazi, exacerbada a partir del 11 de setiembre pasado, despliega y utiliza su aparato bélico para amedrentar o ahogar en sangre el reclamo con que miles de millones de hombres y mujeres no se resignan a ser esclavos del "Nuevo Orden". Crisis, con sello de identidad: la naturaleza del propio sistema.

En la Rusia actual, para citar un dato significativo pos socialismo soviético, la expectativa de vida ha decrecido en siete años respecto de hace una década y media atrás. Criminal.

Y en la Argentina, ejemplo de obediencia a los dictados del neoliberalismo, se prevé para antes de fin de este año que el número de personas por debajo de la línea de pobreza llegue a 23 millones. De los cuales 10 millones quinientos mil serán jóvenes menores de 18 años. Sobre una población total de 37 millones de habitantes. Criminal.

Crisis, aquí y allá. Crisis por los cuatro costados.

Podríamos fatigarnos apelando a estadísticas demostrativas de cómo han crecido los índices de degradación de la calidad de vida en la región latinoamericana; recurrir a cifras que evidencian feroces desigualdades en Africa, Asía y Europa y exponer datos actualizados acerca de la existencia de millones de pobres en Estados Unidos y de la extensión del salario cuasibasura en dicho país. En síntesis: hacer cada vez más estéril cualquier defensa del sistema impuesto al mundo. Sólo defendible desde el interés de clase, desde la ignorancia o desde la desaprensión absoluta por la vida humana.

Aspectos del modelo basura

Latinoamérica, especialmente desde hace una década a esta parte, es el lugar del mundo donde han crecido más brutalmente las desigualdades entre ricos y pobres. Y donde la gobernabilidad –según el carácter de la institucionalidad política prevista para esta etapa de dominación imperialista– ha experimentado no pocas y escuálidas formalidades democráticas; cuando no: desmoronamientos estrepitosos (caso Argentina). Y, al mismo tiempo, una sucesión de fracasadas expectativas alrededor del empleo–desempleo y de lo que de ello deriva para reducir o acrecentar la pobreza, la exclusión social y la violencia.

A finales de los años noventa la tasa de desocupación en la región se aproximaba al 9%. Mientras, el empleo basura –en distintas escalas de degradación salarial y humillación a la dignidad humana– creció, a punto tal que de cada diez nuevas plazas laborales siete se correspondieron con el sector informal o de baja productividad.

Todos los pronósticos referidos a empleo–desempleo, años 2001–2002, realizados por organismos oficiales –dedicados a enmascarar la crisis– ya fueron desmentidos por la realidad. Durante el año 2000 se dijo que habría crecimiento de la economía y por lo tanto una baja de la tasa de desempleo. No ocurrió ni una cosa ni la otra.

Desde el infierno

En contraposición creció el salario basura y la forma de relación precapitalista: observándose el incremento de pagas "salariales" a no más de dos o tres dólares diarios. Para la Organización Internacional del Trabajo -organismo cuyo rol supone el equilibrio entre Estados, patrones y trabajadores-, este año en América Latina se producirán incrementos en las tasas de desempleo en Brasil, Ecuador, Colombia y México. En la Argentina todo irá peor, aun cuando los pronósticos de la OIT en el año 2000 auguraban que el desempleo bajaría de 16.9 % a 16.7%. No fue así. El año pasado la desocupación había llegado, antes de la devaluación monetaria, al 18% y las estimaciones del primer trimestre de este año fluctúan entre el 23 y el 25%.

A decir de Estados Unidos, de los organismos financieros multilaterales y de los ideólogos y propagandistas neoliberales, la Argentina -ahora en llamas- fue el alumno modelo, del modelo. Bien vale, entonces, dedicarle unos párrafos. Aunque en el juego actual de los enmascaramientos, aquellos que ayer la alabaron para esquilmaría, descuartizándole sus reservas estratégicas, hoy la amenazan con transformar-la en un protectorado de los Estados Unidos, dado que hay quienes la consideran acreedora de un lugar dentro del novedoso rubro denominado "ESTADOS FRACASADOS". Renglón en el cual se encuentran Colombia, Haití, Afganistán, Ruanda, Yugoslavia, Somalia y otros. Lo cual autorizaría a EE.UU. -mediante diversos mecanismos de penetración, anexión, colonización, expropiación, vasallaje- a "hacerse cargo" de resolver la crisis de un país que cuanto más extenuado se encuentre, más fácil resultará sojuzgar.

La amenaza encaja perfectamente dentro de una serie, de hipótesis propias de este tiempo de dominación. Por lo tanto es dable pensar que pueda estremecer, seducir o aterrorizar a gobiernos que desde los tiempos de la última dictadura militar en la Argentina, año 1976, a nuestros días, han actuado -en menor o mayor medida, por convicción, 0 bajo presión- dependiendo de las directivas del Departamento de Estado de EE.UU.

Hace 26 años la dictadura militar en la Argentina propuso achicar el Estado y abrir las puertas al mercado. En casi toda la década del noventa, Menem y su ministro de economía -Cavallo- realimentaron el plan, privatizando tod 'as las áreas estratégicas del Estado y promoviendo una indiscriminado apertura y desregulación de la economía. El saldo, con la cuota parte de responsabilidad del gobierno de De la Rúa-Cavallo, más lo aportado por el gobierno actual, ha'sido: una tasa de desocupación 5 veces mayor a la de hace 26 años; un salario promedio, en términos reales, de 60 % menos y en materia de pobreza. Un crecimiento de 600 %. En 1975 la Argentina tenía 22 millones de habitantes, de los cuales 2 millones eran pobres. 0 sea, rienos del 10 %. Hoy el número de pobres sobrepasó el 50 % de la población total y se encamina -dada la continuidad de las políticas diseñadas por el FMI y el Departamento de Es-tados de EE.UU. a alcanzar el 63 % en el último trimestre del año en curso. A eso llamamos: ge nocidio por planificación de la desigualdad.

Es imposible, entonces, disociar a la Argentina de la obediencia debida al FMI, al Banco Mundial y a las recomendaciones del Consenso de Washington. Por lo que, pretender reducir la causa de los graves daños ocasionados al país y a su pueblo, a actos de corrupción política, es una brutal parcialidad. Y proviniendo de la boca del gobierno de los Estados Unidos, de los grupos económicos más concentrados y de medios de comunicación de masas que han sido beneficiarios de las políticas impuestas, el reduccionismo señalado es lisa y llanamente una hipocresía.

La trampa anexionista

Desde el principio de los años noventa EE.UU. avanza –y hace

avanzar a todos sus gobiernos dependientes- hacia la constitución del Area de Libre Comercio de las Américas (ALCA). Y a partir del 11 de setiembre pasado la marcha es bajo una explicita amenaza terrorista a quien se oponga, desde Alaska a Tierra del Fuego. Haya o no consenso, y barriendo de antemano toda pretensión de poner en tela de juicio las decisiones unilaterales con las que EE.UU. plantea los limites de la democracia y los alcances del intercambio comercial, a tono con la pretensiorn del imperio en cuanto a la "seguridad hemisférica" En principio está claro que, sobre barreras arancelarias, subsidios, normas sanitarias o derechos compensatoríos, nadie, que no sea EE.UU., podrá decir "esta boca es mía". Ello compete a sus políticas de protección; ya resueltas a través del lobby ejercitado por los principales grupos de poder. Tan claro como eso es la tarea de desarticulación, por vías sutiles -y no tan sutiles-, contra el Mercosur.

Uno por uno

En el tablero regional, nada es casual. Mucho menos las estrategias que definen el carácter de la dominación en el continente. No es casual la necesidad de erosionar la institucionalidad en Venezuela; apostar a la disgregación nacional en la Argentina; condicionar el camino electoral y el posible gobierno del PT, en Brasil; las renovadas presiones contra Cuba; el triste papel puesto a jugar al presidente del Uruguay, como ariete fracturista en el Mercosur; la militarización de la sociedad colombiana; la dolarízación en Ecuador; la creación de bases militares en El Salvador y la Argentina y una serie de tácticas afines con el objetivo de anexar a todos nuestros paises al centro del poder imperialista.

 

Final abierto

Los pueblos, desde sus diferentes organizaciones de masas: con trabajadores ocupados, desocupados, jubilados, profesionales de la educación, la salud, el periodismo, del ámbito judicial, campesinos, indígenas, todos, luchan. Se resisten. Y en esas luchas -con sus flujos y reflujos- crece progresivamente la conciencia antiimperialista y la idea de que, como sostiene la Unión de Trabajadores de Prensa de Buenos Aires (UTPBA), "La impunidad no será eterna ".

(*) Secretario General Adjunto de la Unión de Trabajadores de Prensa de Buenos Aires y miembro de la Mesa Nacional de la Central de Trabajadores Argentinos-CTA.-

* Fuentes Informativas: Instituto de Estudios y Formación CTA; Arca de y Agencia Nacional de Comunicación –UTPBA