COMENTARIOS A LA AGENDA DE TRABAJO DEL CONGRESO LATINOAMERICANO Y CARIBEÑO DE PERIODISTAS-LA HABANA 2001
Manuel Cabieses Donoso, Chile
La agenda de trabajo del Congreso Latinoamericano y Caribeño de
Periodistas-La Habana 2001, organizado por la Unión de Periodistas de Cuba,
propone tres bloques temáticos, que provocan hacer algunos comentarios.
1.- El mundo actual de la información y la comunicación y su reflejo en
América Latina y el Caribe.-
En el análisis de este punto deberíamos partir de una evidencia: vivimos
una nueva época, de profundos cambios que afectan a toda la Humanidad.
Algunos rasgos de esta época son:
a) La concentración brutal de la riqueza y bienestar en unas pocas naciones
y, al interior de ellas, de pequeños grupos que controlan las empresas
transnacionales. El modelo se reproduce a escala mundial. En América
Latina se manifiesta en forma exacerbada, sobre todo en países como Chile.
La economía latinoamericana se ha transnacionalizado y las oligarquías
locales son tributarias en lo económico, político, cultural y militar de
las grandes empresas que dominan el mundo.
b) Este modelo produce la exclusión social y cultural de grandes masas de
seres humanos, sobre todo en el llamado Tercer Mundo -el mundo de la
pobreza y el desempleo-. Pero también ocurre lo mismo en el seno de las
grandes potencias financieras e industriales.
c) El trabajo, valor fundamental de la dignidad humana, está siendo
degradado y humillado por el "capitalismo asesino" ("killer capitalism"
como lo denominó la revista"Newsweek" , al afirmar que "hubo un tiempo en
que despedir en masa era una vergüenza, una infamia. Hoy, cuanto más
numerosos son los despedidos, más contenta se pone la Bolsa..."). Las
fusiones de empresas, la flexibilización laboral y la introducción de
nuevas tecnologías convierten en objetos desechables a millones de
trabajadores. Al mismo tiempo se reducen los salarios, aumentan las horas
de trabajo, se eliminan los beneficios sociales y se destruyen las
organizaciones sindicales.
d) Los recursos naturales también se ven sometidos a un acelerado proceso
de agotamiento. La desertificación de la tierra, el empobrecimiento de los
mares, los cambios climatológicos, la contaminación del aire en las grandes
ciudades, conforman una amenazante perspectiva para la supervivencia de la especie humana.
e) Frente a esta realidad comienzan a surgir, aunque todavía en forma
dispersa, movimientos de protesta contra la globalización que pretende
colonizar cultural e ideológicamente al mundo. Sus manifestaciones más
importantes se han dado en defensa del medio ambiente y de los derechos
humanos, contra el racismo y la discriminaciones de género. Pero abarcan
ahora el desempleo, la pobreza y la exclusión social. De estas luchas
deberán surgir nuevas formas de organización y un sistema de ideas
revolucionarias que reivindicarán el pluralismo y la solidaridad,
reconocerán la diversidad y harán suyas las concepciones de democracia
participativa, rechazando toda forma de autoritarismo.
El "mundo" específico de la información y comunicación, refleja los rasgos
de esta nueva época de extrema polarización social y cultural y decadencia
de los principios éticos. En el campo de los medios y sistemas de
información y comunicación, se expresa con mayor fuerza la velocidad de la
revolución tecnológica. El paradigma es Internet al que ya tienen acceso
429 millones de personas en el mundo. Sin embargo, los medios de
comunicación escritos y audiovisuales "tradicionales" -incluida la
televisión satelital- seguirán jugando por largo tiempo un rol decisivo en
el sistema de dominación ideológico y cultural. Por ahora sólo un 6% de la
población mundial tiene acceso a Internet. En América del Sur ese
porcentaje es del 4% ( Digital Divide Network, citado por la Fundación
Gates).
Los medios de información y comunicación en general están subordinados a
una "línea editorial" determinada por la defensa del sistema. A su vez
están viviendo un proceso de fusiones que se orientan a una concentración
de la propiedad dependiente de las transnacionales. El objetivo es integrar
la información y comunicación de masas a un sistema único gobernado por el "super directorio" de la globalización. Ejemplo contundente de este proceso es la absorción de Time Warner -que previamente se había fusionado con Warner Communications y con Turner Broadcasting- por America Online (AOL), en enero del 2000. La nueva compañía -con un valor de 350 mil millones de dólares-, es un gigante de la televisión por cable, las revistas, libros, películas, música y del acceso a Internet.
En América Latina el proceso de fusiones y transnacionalización de los
medios de comunicación todavía no se ha completado y plantea
contradicciones y luchas intestinas. Grupos mexicanos, venezolanos,
colombianos y brasileños, por ejemplo, compiten con los norteamericanos por la propiedad de los medios. Esto permite que movimientos de periodistas y trabajadores de medios de comunicación, unidos a otros sectores sociales,
hagan frente común con partidos políticos -y en algunos casos con
gobiernos- para defender la identidad nacional de la televisión, radio y
prensa escrita de sus países.
2.- Posibilidades de los medios alternativos y de pensamiento
contrahegemónico.-
La globalización establece la tiranía del mercado -un mercado controlado
por super empresas-. Esto significa la abolición de la competencia, de
acuerdo a los cánones clásicos del liberalismo económico. Los pequeños y
medianos empresarios que en algunos países latinoamericanos proporcionan casi el 80% del empleo, están condenados a muerte por la inundación de productos extranjeros. Las capacidades de inversión productiva se desvían a la especulación financiera, los negocios de importación y a la inversión en las propias transnacionales. Países como Chile se han convertido en exportadores netos de capitales, sin contar las remesas por amortización de la deuda externa. Más de 20 mil millones de dólares de capitales chilenos -que en su mayoría pertenecen a fondos de pensiones- están en el exterior, incluyendo países como EE.UU. y Canadá, mientras en el país de origen aumentan el desempleo y el trabajo precario.
En este avanzado proyecto para establecer la dictadura de un centro mundial de poder, la información tiene como misión fortalecer la tiranía del
sistema y encarcelar las conciencias. Esta es la misión del "pensamiento
único" que se trata de imponer. Su estrategia consiste en hacer creer que
no existe alternativa a este modelo por lo que toda resistencia sería
inútil. Así, cada ser humano está librado a lo que le asigne el mercado,
que para la mayoría es desempleo, exclusión social y abismos de droga,
prostitución, SIDA, etc. La exacerbación del individualismo, legitimado por
la "filosofía" de sálvese como pueda, genera incomunicación e
insolidaridad, empujando a los seres humanos a una terrible soledad. El
sistema está causando la fragmentación de las naciones, los estados y las
sociedades. Chile, por ejemplo, un país de sólo 15 millones de habitantes
(y 600 mil desempleados), tiene 84 mil pequeñas organizaciones sociales
(excluyendo instituciones religiosas e informales), según el Programa de
Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD). Es el universo de la atomización social con una tremenda debilidad de las organizaciones que carecen de un proyecto común. La consecuencia de esto en el plano de las conciencias lo señala ese estudio del PNUD (marzo del 2000). El 45% de los chilenos que hace once años sufríamos un régimen de terrorismo de Estado- cree que la democracia es preferible a cualquier otra forma de gobierno; un 19% piensa que en algunas circunstancias un gobierno autoritario puede ser mejor que uno democrático; y al 31% le da lo mismo un gobierno democrático que uno no democrático.
En este marco, las posibilidades de los medios alternativos y de
pensamiento contrahegemónico dependen no solo de sus propias capacidades.
Su destino está ligado también al proceso de superación de la fragmentación
y dispersión social. Existen numerosas publicaciones, periódicos y
revistas, radios populares y comunitarias, experiencias de "televisión"
comunal, páginas web, etc., y unas cuantas publicaciones de circulación
nacional, que tienen una orientación antisistémica. La lucha ideológica que
libran en condiciones muchas veces heroicas, presta un enorme servicio a
los pueblos en cuanto ayudan a mantener focos de resistencia que alientan
las luchas sociales y políticas. Pero, en definitiva, la eficacia de los
medios alternativos está asociada al proceso de rearticulación del
movimiento social y político que puede darles una "tierra firme" donde
crecer.
3.- El llamado mercado del trabajo profesional. Peligros del oficio. Las
organizaciones gremiales y la formación de periodistas.-
El desempleo que provoca el modelo económico neoliberal afecta también en importante medida a los periodistas. La desaparición de medios, las
fusiones, la aplicación de nuevas tecnologías, etc., han reducido el
mercado laboral. Los periodistas son reemplazados por ingenieros
comerciales en la dirección de los medios. La política editorial e
informativa se decide en las gerencias de acuerdo a pautas publicitarias.
El periodismo ya no se rige por principios informativos o éticos. Prevalece
el tratamiento comercial de la información convertida en mercancía. El
objetivo no es informar sino "vender", modelando corrientes de opinión
conformistas para reproducir el sistema. Los fundamentos del periodismo -la
investigación y análisis, la denuncia y la crítica al abuso del poder-, han
sido desplazados. El periodista en la época de la revolución digital y los
multimedia es un factor superfluo. Muchos suponen que el periodismo es
también un oficio en vías de extinción. (1 )
En algunos países como Chile, mientras disminuyen las plazas de trabajo en
los medios, aumenta la promoción de egresados de las escuelas de
periodismo. Los nuevos periodistas entran a disputar un mercado laboral
cada vez más reducido y con niveles salariales cada vez menores. Obtener un puesto de trabajo muchas veces supone renunciar a beneficios sociales como seguros de enfermedad, fondos de retiro, horarios de trabajo, etc. -, que eran fruto de largas luchas sindicales. La "flexibilización laboral" y el
trabajo precario facilitan los despidos. Muchos de los nuevos profesionales
han sido previamente "domesticados" en universidades que forman parte del
circuito laboral e ideológico del sistema. (2)
Aunque los periodistas no están en condiciones de desafiar la línea
informativa de los medios, un elevado número no comparte la posición
ideológica y política de los medios para los que trabajan y consideran que
estos violan los principios éticos del periodismo. La concentración y
transnacionalización de la propiedad de los medios, y el debilitamiento de
las organizaciones sindicales y gremiales, permite que se produzca "una
concentración en el mensaje ideológico", como denuncian los periodistas.
(3)
Las organizaciones gremiales, casi sin excepción, reflejan las aspiraciones
-y a la vez el desencanto- de los periodistas con su profesión. Los códigos
de ética de sus organizaciones son violentados a diario por los mercaderes
de la información. (4)
El debilitamiento de las organizaciones periodísticas les impide defender
con eficacia los principios éticos de la profesión, entre ellos su función
social y de servicio público. Algunas han sufrido el cercenamiento de
atribuciones como el control de la ética o la fijación de salarios que les
daban fuerza y jerarquía social. (5)
Existe también una cuota de responsabilidad de las propias organizaciones
gremiales en su debilitamiento. Es el resultado de una concepción elitista
de la profesión, inspirada en ideas del liberalismo del siglo pasado. Esto
les ha impedido participar activamente en la lucha democratizadora de sus
pueblos, impidiendo que la libertad de expresión y el pluralismo
informativo sean parte de las reivindicaciones democratizadoras de la
sociedad. La revitalización de las organizaciones de los periodistas
latinoamericanos tiene que ver con su participación en la lucha contra las
injusticias e inequidades del modelo neoliberal. Organizaciones como la
Unión de Trabajadores de la Prensa de Buenos Aires (UTPBA) han realizado
experiencias notables que pudieran servir de inspiración y ejemplo.
(1) Ignacio Ramonet ha tratado en profundidad este tema en" La tiranía de la
comunicación" y otros textos.
(2) En Chile funcionan 41 escuelas de periodismo con ocho mil alumnos. En su mayoría son universidades privadas que han convertido la educación superior en un próspero negocio. Incluso la Universidad Bernardo O'Higgins, propiedad del ejército, tiene una escuela de periodismo. Anualmente egresan alrededor de 900 periodistas. Esa oferta de trabajo presiona a la baja los salarios en un campo profesional ya muy reducido. Una parte de los
egresados encuentra trabajo de relaciones públicas y de comunicaciones
institucionales en oficinas del gobierno, municipalidades y empresas
privadas. El excedente pasa a engrosar el mercado de trabajo informal,
carente de toda protección social.
(3) "Libertad de expresión, pluralismo y concentración de la propiedad de
los medios de comunicación", folleto del Colegio de Periodistas de Chile,
mayo de 1995.
(4) El artículo 1º del Código de Ética del Colegio de Periodistas de Chile,
señala textualmente: "Los periodistas están al servicio de la verdad, los
principios democráticos y los derechos humanos. En su quehacer profesional, el periodista se regirá por el principio de la veracidad, entendida como una información responsable de los hechos. El ejercicio del periodismo no propiciará ni dará cabida a discriminaciones ideológicas, religiosas, de
clase, raza, sexo, discapacidad, ni de ningún otro tipo, que lleven a la
ofensa o menoscabo de personas naturales o jurídicas".
(5) El Colegio de Periodistas de Chile está reducido a la calidad de una
"asociación gremial". Esta organización tiene cuatro mil afiliados -muchos
ya retirados de la profesión-, aunque sólo alrededor de 800 participan en
las elecciones de sus directivas. No es obligatoria la afiliación al
Colegio para ejercer el periodismo.