El deber de los Medios de Comunicación, los periodistas y las Organizaciones en contribuir
a la solución de los graves problemas
de su sociedad y el mundo.
María Luisa Castellanos de Membreño, Honduras
Al iniciar nuestros estudios periodísticos, hace ya algún tiempo,
nuestros maestros recalcaban que las principales características del
periodismo eran: informar, educar, orientar y entretener a la opinión
pública; bases filosóficas que llenaban nuestras expectativas en la
lucha, a través de los medios de comunicación social, por una sociedad
más justa y un país que brindara mayor oportunidad a las grandes
mayorías.
Aprendimos que un periodista es un idealista en cuanto a su profesión,
con principios y solidez moral, que no debe escribir para
autocomplacerse y que debería consagrarse al servicio de sus lectores,
los cuales confían que ellos les proveerán informaciones precisas y
veraces sobre cuyas bases pueden ejercer sus prerrogativas. Aprendimos
también que a menudo tendríamos que trabajar muchas horas sin pensar en
remuneración extra para cumplir nuestra tarea de la mejor forma posible
y que nuestra recompensa sería un mejor país para garantizar a nuestros
hijos un mejor futuro.
Después de 27 años de ejercer el periodismo sigo convencida de que las
enseñanzas de mis maestros se basaban en pilares fundamentales
necesarios en el fortalecimiento de una sociedad mejor y que, si los
dueños de las empresas periodísticas de ese entonces hubieran tenido la
oportunidad de asistir a esas clases y asimilar las materias que nos
impartían, actualmente viviríamos en una Honduras menos convulsionada
y, aún ellos mismos, que actualmente gozan de una gran bonanza
económica, disfrutarían de un mejor presente y de un futuro más
halagador.
Visión de la realidad actual
La comunicación como acto social vital nace con el hombre mismo y ha
sido potenciada en la época moderna mediante poderosos recursos
tecnológicos. Surge como una dimensión amplia y profunda de las
relaciones humanas, mediante la cual el hombre y la mujer, individual y
colectivamente, al paso que se interrelaciona en el mundo, se expone al
influjo de la civilización audio-visual y a la contaminación de
la "polución vibrante".
Por la diversidad de los medios existentes (radio, televisión,
periódicos, revistas, cine, teatro, editoriales y actualmente la
cibernética, que actúan en forma simultánea y masiva, la comunicación
social incide en toda la vida del hombre y ejerce sobre él, de manera
consciente o subliminal, una influencia decisiva.
La comunicación social se encuentra condicionada por la realidad
sociocultural de nuestros países y a su vez ella constituye uno de los
factores determinantes que sostienen dicha realidad.
Los Medios de Comunicación Social son factores de comunicación y
contribuyen a la integración de los países y a la expansión y
democratización de la cultura; contribuyen al esparcimiento de las
gentes que viven fuera de los centros urbanos y aumentan las
capacidades perceptivas por el estímulo visual-auditivo, de penetración
sensorial.
Los anteriores son aspectos positivos pero también estamos conscientes
y, por lo tanto debemos denunciar, el control de estos medios de
comunicación social y la manipulación ideológica que ejercen los
poderes económicos y políticos que se empeñan en mantener el "statu
quo" y aún en crear un orden nuevo de dependencia-dominación o, al
contrario, subvertir este orden para crear otro de signo positivo. La
explotación de las pasiones, los sentimientos, la violencia y el sexo,
con fines consumistas, constituyen una flagrante violación de los
derechos individuales. Igual violación se presenta con la
indiscriminación de los mensajes, repetitivos o subliminales, con poco
respeto a la persona e igual a la familia.
Los periodistas no siempre se muestran objetivos y honestos en la
transmisión de noticias, de manera que son ellos mismos los que a veces
manipulan la información, callando, alterando o inventando el contenido
de la misma, con gran desorientación para la opinión pública.
El monopolio de la información de parte de las empresas privadas de
comunicación permite el uso arbitrario de los medios de información y
da lugar a la manipulación de mensajes de acuerdo a los intereses
sectoriales. Por otro lado, es grave el manejo de la información que
sobre nuestros países o con destino a los mismos, hacen empresas e
intereses transnacionales.
La programación, en gran parte extranjera, produce transculturación no
participativa e incluso destructora de valores autóctonos; el sistema
publicitario tal como se presenta y el uso abusivo del deporte, como
elemento de evasión, los hace factores de alienación a tal grado que su
impacto masivo y compulsivo puede llevar al aislamiento y hasta la
desintegración de la comunidad familiar.
Los Medios de Comunicación Social se han convertido muchas veces en
vehículos de propaganda del materialismo reinante que es esencialmente
consumista y crean en nuestro pueblo falsas expectativas, necesidades
ficticias, graves frustraciones y un afán competitivo malsano.
Conclusión y recomendaciones
Ante esa situación, que cada día toma más fuerza en nuestro continente
en detrimento de las grandes mayorías que sienten confusión,
frustración y descomposición social, es que los periodistas y las
organizaciones gremiales debemos actuar con honradez, honestidad y
firmeza para lograr las siguientes premisas:
- Es necesario que exista mayor conciencia en cada uno de
nosotros en el desempeño diario de nuestra labor periodística.
- Hay que luchar por fortalecer los medios alternativos de
comunicación, como son los Medios de Comunicación Grupal (MCG), donde
no se necesita un mayor capital para formar redes informativos ante
pequeños grupos.
- Conscientes los periodistas de la situación de pobreza,
marginalidad e injusticia en que están sumidos nuestros pueblos debemos
tomar mayor responsabilidad para convertirnos en la voz de los
desposeídos, aún con los riesgos que esto implica.
- Es necesario luchar por ratificar el derecho a la información
con sus correlativas obligaciones dentro de los marcos éticos que
impone el respeto a la privacidad de las personas y a la verdad.
- Debemos luchar porque se respete el derecho que tienen los
familiares de todos los asesinados en las décadas anteriores de saber
por qué los mataron y dónde están los restos de sus seres queridos.
- Es necesario que los periodistas latinoamericanos y del Caribe
demostremos ser ejemplo de integridad y que con la frente en alto
podamos repetir las palabras del gran José Martí cuando
dijo ........ "No hay monarca como un periodista honrado."